Visita teatralizada al CASTELL de MONTSONÍS 🏰 Instantes de Tiempo
Hoy nos trasladamos al corazón de la Noguera para visitar uno de los castillos más auténticos: el Castell de Montsonís. Muchos de vosotros, amantes de la historia y los viajes, seguro que habéis oído hablar de él, pero ¿lo habéis visitado ya? Nosotros lo hicimos durante la pasada Semana Santa y todavía seguimos hablando de esta extraordinaria visita.
Historia milenaria
Situado estratégicamente en la entrada del congosto del Salgar y dominando la valle de Artesa de Segre, el castillo se adapta perfectamente al desnivel topográfico del terreno, como si formara parte del propio paisaje. Montsonís fue levantado por orden del conde Ermengol II “el Peregrino” para proteger las tierras recién conquistadas a los sarracenos. La construcción original, allá por el siglo XI, fue atribuida al famoso Arnau Mir de Tost, un nombre que ya nos suena a los lectores de Octubre & Castillos por su papel en tantas fortalezas de la zona.
A lo largo de los siglos, la fortaleza fue reconstruida en el XIV, ampliada en el XVI y en el XVII pasó a manos de los Rocabruna, que a partir de 1835 se convirtieron en varones de l'Albi. Resistió cinco asaltos durante la Guerra de los Segadores y, a finales del XVIII, se levantó la iglesia que hoy sigue unida al castillo. Durante la Guerra Civil incluso se descubrió un pasadizo secreto que lo une con el monasterio de Salgar.
Hoy el castillo es residencia privada del barón de l’Albi, Carlos de Montoliu y Heyndrickx, descendiente directo de los Rocabruna. Por eso ondea la bandera en la torre del homenaje: ¡está habitado! Os confesamos un cotilleo: durante nuestra visita tuvimos la suerte de ver al barón… y a su simpático perrito.
La visita teatralizada: sustos y risa
La visita que hicimos fue teatralizada y, aunque la trama no se centraba en la historia, fue muy divertida. Los actores nos guiaron por sus salas: el antiguo calabozo, el oratorio privado, la sala de los escudos, los pasillos secretos (¡donde incluso se apagaron las luces y nos dieron un buen susto!), la habitación del peregrino y, por supuesto, la iglesia adosada al castillo, donde nos encontramos de repente al mosén rezando. Os prometemos que pegamos un salto.
Además, durante el recorrido pudimos imaginar cómo fue el Montsonís original: formaba parte de un recinto amurallado que se extendía por todo el cerro donde hoy se asienta el pueblo. En aquel entonces se trataba de una única torre circular de dos plantas; en la inferior estaban los establos y en la superior se encontraba la vivienda de los primeros señores del castillo.
Información práctica para organizar la visita
Montsonís tiene algo especial: fue el primer castillo privado de España en abrir sus puertas al público y hoy es la sede de la Fundación Castells Culturals de Catalunya, que organiza actividades culturales en fortalezas de todo el territorio. Además, está declarado Bien Cultural de Interés Nacional, lo que lo convierte en una joya patrimonial protegida.
El Castillo de Montsonís se encuentra en el municipio de Montsonís, en la provincia de Lleida, y la forma más cómoda de llegar es en coche desde Artesa de Segre (unos 10–15 minutos por carreteras locales). Ofrece visitas guiadas regulares por la mañana y la tarde, así como visitas nocturnas teatralizadas, con horarios que varían según la temporada. Estas últimas suelen programarse los fines de semana y los precios oscilan entre 12 y 14 € por persona, con opciones combinadas de cena o estancia a tarifas superiores; la visita normal tiene un precio desde unos 6,5 €, según la temporada.
Es muy recomendable reservar con antelación, especialmente para las teatralizadas, a través de la web oficial o de los portales de Castells de Lleida, donde también encontraréis teléfonos y correos de contacto. El castillo está parcialmente habitado y adaptado al terreno, por lo que algunos espacios son estrechos o con desniveles: llevad calzado cómodo, tened en cuenta que la teatralizada incluye tramos en penumbra, y consultad con antelación si se requiere accesibilidad especial.
En el pueblo hay aparcamiento y la Botiga de Montsonís, que ofrece desayunos, degustaciones y cenas, además de ser un buen punto de partida para explorar la comarca. También existen paquetes combinados con visita, cena y estancia. Las visitas se realizan en catalán y castellano, y con frecuencia en inglés y francés, bajo petición o en programación especial, además de un calendario cultural que incluye conciertos, talleres y actividades diversas organizadas por la fundación.
Nosotros el año pasado ya habíamos visitado el Castillo de l’Albi y ahora nos queda claro que estas comarcas están llenas de historia viva. En Montsonís, cada piedra cuenta mil años de batallas, reconstrucciones y vida señorial. ¿Y vosotros? ¿Os animáis a recorrer sus pasillos secretos y a dejaros sorprender por sus rincones? Octubre es un mes perfecto para descubrir castillos, así que os dejamos esta recomendación: no os perdáis Montsonís. ¿Quién se apunta a nuestra próxima ruta de castillos?
Adriana


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