El CASTILLO de Malmercat: ¿mito o realidad? 🏰 Instantes de Tiempo

A solo diez kilómetros de Sort, en la ladera izquierda de la Noguera Pallaresa y a unos 960 metros de altitud, hay un pequeño pueblo que parece descolgarse del cerro: Malmercat. Pertenece al municipio de Soriguera, en el Pallars Sobirà, y es uno de esos lugares que funcionan como puente entre los rincones más conocidos (Sort, Gerri de la Sal) y los paisajes menos trillados del Alto Pirineo.
 

Qué ver y por qué merece la parada

El reclamo más evidente de Malmercat no es una sola cosa, sino la suma de varias capas de historia y paisaje: la iglesia románica de Sant Andreu, de una nave simple que parece haber sido capilla del castillo y que conserva un absidiolo señalado en las visitas pastorales medievales, el pequeño cementerio con vistas impresionantes a la Noguera Pallaresa, y los restos del antiguo castillo conocido como Castell de Bielsa, también conocido como Castell de Malmercat, cuya presencia marca la génesis del núcleo.

El castillo aparece ya en documentos del siglo XII y, aunque hoy sólo quedan muros y la base de la torre, su huella es visible en la estructura del pueblo y en la toponimia local. Parte de esos muros forman lo que hoy llaman la casa de Macareno. Otro dato que os puede interesar es que en Malmercat nació (o estuvo afincada la rama local de) la familia Copons de Malmercat, de la que surge Manuel de Copons, personaje vinculado al gobierno de Cataluña a principios del siglo XVIII.

Sobre el origen del nombre hay dos lecturas populares: una, más literaria, la atribuía antiguamente a la mala calidad del mercado, y la otra, y la más aceptada por los estudios, lo relaciona con el linaje pallares de los Malmercat, una familia señorial medieval que controló varios castillos en la zona. 

Cómo llegar y moverse

Llegar a Malmercat no es difícil, pero sí requiere algo de prudencia: la carretera asciende estrecha hasta la propia entrada del pueblo y acaba cerca de las antiguas paredes del castillo; hay sitio para aparcar en la entrada. Desde Sort se puede planear una excursión circular que incluye Arcalís y Tornafort. Si te gusta combinar el coche y un paseo, esta ruta desde Sort es una buena opción para completar una mañana o una tarde de excursión.


Nosotros fuimos con la idea de asomarnos, pasear por las ruinas del castillo y ver la iglesia colgante. Aparcamos en la entrada, subimos por la estrecha calle y lo primero que vimos fueron los restos del castillo integrados en construcciones actuales; el pueblo se despliega escarpado, con un par de calles y casas apiñadas unas sobre otras. En la iglesia nos topamos con un perro y un cartel de “prohibido pasar”, así que respetamos y no cruzamos el umbral. Recomendación de la oficina de turismo: seguir hasta Tornafort si queréis estirar las piernas y disfrutar de las vistas más panorámicas. Mi impresión personal es que la belleza del sitio está, sobre todo, en las vistas y en la sensación de pueblo colgado; si vas con calor o cansado, puede que no lo disfrutes tanto. 

Historia rápida para picar la curiosidad

La historia no fue pacífica. En 1373 entra en escena Arnau Roger, llamado “el bord” de Pallars, que ataca, saquea y ocupa el castillo de los Malmercat; un año después su hermano, el conde Hug Roger II, compra oficialmente el castillo y el patrimonio para compensar la ocupación y los gastos ocasionados. Entre reclamaciones y demandas, la Sibila de Vilamur exigiendo que se devuelva el castillo al alcalde del valle, y Joan de Solmonts reclamando derechos como sobrino y heredero, la casa de los Malmercat pierde protagonismo y el señorío pasa, por matrimonios y herencias, a los Toralla y finalmente a los Copons de Malmercat a principios del siglo XVI.


Los siglos posteriores dibujan el lado más cotidiano y crudo del poder: los Copons ejercieron un dominio feudal largo y, a medida que se trasladaron a Barcelona a finales del siglo XVIII y empezaron a arrendar tierras, afloraron tensiones con los campesinos. A mediados del XX el pueblo todavía tenía escuela y unas veinte casas habitadas, pero la despoblación en los años 60 lo transformó en un núcleo casi deshabitado: hoy sólo quedan dos o tres casas con residencia permanente y restos visibles del castillo y la iglesia que, con su pequeño cementerio y las vistas sobre el Noguera Pallaresa.

¿Vale la pena incluir Malmercat en una escapada al Pallars Sobirà?

No es un destino para quien busque turismo masivo ni servicios amplios: Malmercat seduce a quien disfruta del patrimonio disperso, las panorámicas de barranco y el sabor de los pueblos pequeños. Si buscas compañía, los actos culturales que suelen llenar el pueblo por un día: en tiempos recientes, iniciativas festivas y encuentros han puesto otra vez a Malmercat en el mapa del turismo lento.  

Si con Sort te atraparon las aventuras en el río y con Gerri te fascinó la sal y el monasterio, Malmercat es la pequeña sala lateral donde se cuentan las historias íntimas del Pallars: castillos que hoy son paredes de casa, iglesias que vigilan barrancos y nombres que llevan siglos marcando fronteras familiares. Añádelo a tu ruta: aparca, mira desde el borde, respira y déjate llevar por la calma de un pueblo colgado sobre la Noguera Pallaresa.

Adriana

Comentarios

Entradas populares