Qué ver en MEDINACELI: Un VIAJE en el tiempo ⏳ Instantes de Tiempo
Imagina un pueblo donde las piedras han resistido el paso de milenios, testigos mudos de guerras, conquistas y dinastías. Medinaceli, escondido en lo alto de un cerro, guarda los secretos de romanos, musulmanes y cristianos. Si algún día tenéis que hacer un repaso rápido por la historia de España, os invito a visitar Medinaceli. Sus orígenes se remontan al pueblo celtíbero de Occilis, perteneciente a los belos de la región. Hicieron tan bien su trabajo que hay paredes que nadie ha podido derribar. Si os adentráis en sus calles, cada rincón os contará una historia que parece sacada de un libro de aventuras. ¿Os atrevéis a descubrirlo?
Una de las primeras cosas que os sorprenderá al visitar este pueblo es su arco romano. De arcos romanos encontraréis unos cuantos repartidos por la geografía española, pero ninguno como este. Si os fijáis, tiene tres arcos, y es el único en España con estas características. ¿Y para qué servían estos arcos? Bueno, normalmente representaban una victoria, y este en concreto marca el inicio del dominio romano en el pueblo, que dependía de Caesaraugusta, la actual Zaragoza, que visitamos este verano. Aún hoy podemos encontrarnos con muchos vestigios de su vida en Medinaceli: hay palacios que aún conservan sus característicos mosaicos, y también la plaza mayor.
Cuando lleguéis allí, os sorprenderá el tamaño de la enorme Plaza Mayor, de unos cinco mil metros cuadrados. Cuando estuve allí, me pregunté cuántas casas se habrían derribado para construirla, pero luego descubrí que en ese lugar se encontraba el antiguo foro romano. Hoy en día, la plaza es el escenario del Toro Jubilo, un ritual antiquísimo en el que un toro con las astas encendidas corretea por las calles del pueblo. Esta fiesta despierta mucha polémica hoy en día, como ocurre con otras en las que se utiliza el sufrimiento de los animales vivos para la diversión de unos pocos.
En el siglo VIII, los musulmanes llegaron a Medinaceli con el objetivo de aprovechar el estratégico punto geográfico del pueblo y explotar sus recursos naturales, especialmente las minas de sal, similares a las que vimos en Turda, que estuvieron en funcionamiento hasta 1994. Los musulmanes, al igual que los romanos antes que ellos, comprendieron la importancia estratégica de esta ubicación para el control y el comercio. Durante su dominio, construyeron una imponente alcazaba, una fortaleza que no solo defendía la población, sino que también simbolizaba su poder en la comarca. Con el tiempo, esta alcazaba pasó a ser utilizada como castillo en el periodo cristiano, y hoy en día ha sido transformada en el cementerio del pueblo.
Durante muchos siglos, Medinaceli fue tierra de frontera entre cristianos y musulmanes, hasta la conquista de Alfonso I el Batallador, a quien os presenté en el último vídeo sobre la Aljafería de Zaragoza. Bajo el dominio cristiano, Medinaceli pasó a manos de la Casa de los Medinaceli, que quizás también os suene por el castillo de Cardona. Fueron ellos quienes convirtieron la alcazaba en su castillo y residencia, hasta que en el siglo XVI construyeron el Palacio Ducal de los Medinaceli en la Plaza Mayor. Actualmente, este palacio es un museo y se puede visitar. En esa misma época, también se construyó en la plaza la Alhóndiga, un edificio público utilizado históricamente para almacenar, comprar y vender grano y otros alimentos básicos. En muchas ciudades españolas, especialmente durante la Edad Media y el Renacimiento, las alhóndigas desempeñaban un papel crucial en la regulación del comercio de alimentos, asegurando el abastecimiento en tiempos de escasez y evitando la especulación.
Muy cerca de allí, se edificó el Convento de Santa Isabel de las Clarisas, que aún sigue en funcionamiento, creando dulces que saben a gloria. Otra iglesia interesante para visitar es la de San Román, que hasta el siglo pasado fue un beaterio, una institución religiosa formada por mujeres conocidas como beatas, quienes vivían en comunidad bajo una regla o conjunto de normas, pero sin hacer votos solemnes, como ocurre en los conventos. Sin embargo, se cree que en tiempos anteriores fue la sinagoga, cuando había una comunidad judía en la zona. Esta época fue, sin duda, de gran crecimiento económico y, por lo tanto, cultural.
Ahora que conocéis Medinaceli y su increíble patrimonio, es hora de empezar a planear vuestra próxima escapada. Este rincón de España te espera con su mezcla de paisajes naturales e historia viva. Si te ha gustado el recorrido, suscríbete para recibir más recomendaciones de viajes únicos. Además, nos encantaría leer tus impresiones en los comentarios, ¡y no olvides compartir este artículo con aquellos que adoran descubrir nuevos destinos!
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