Que ver en OVIEDO 🧀 Instantes de Tiempo

El otro día estaba recordando nuestro increíble viaje a Oviedo, una ciudad que combina a la perfección historia, cultura, gastronomía y paisajes deslumbrantes. Así que acompáñame en un recorrido por Vetusta, la fascinante ciudad de La Regenta, y descubre todo lo que Oviedo tiene para ofrecer.


Si visitas Oviedo por primera vez, hay varios lugares clave que no te puedes perder. Nosotros no alojamos en la calle Fruela, frente al Palacio de la Junta General del Principado de Asturias, un edificio ecléctico inaugurado en 1910. El hotel está en una excelente ubicación, entre el Campo de San Francisco, un parque urbano con rica historia y belleza natural, y el casco antiguo de la ciudad. Desde allí, puedes recorrer la calle de Jesús hasta la Plaza de la Constitución, donde se encuentran la Iglesia de San Isidoro el Real y el Ayuntamiento, ambos con rica historia arquitectónica. Caminando por la Rúa de Cimadevilla llegarás a la Plaza de Alfonso II, El Casto, hogar de la imponente Catedral de Oviedo, una joya del gótico con importantes reliquias. También puedes visitar la Plaza de Porlier, donde destaca el Palacio de Camposagrado, una de las construcciones más destacadas de Asturias.

Fuera del centro, otra cosa que me apetecía muchísimo conocer y visitar era la famosa arquitectura prerrománica de Asturias, concretamente las iglesias del monte Naranco. Allí se encuentra la iglesia de San Miguel de Lillo, construida por Ramiro I en el siglo IX. Esta iglesia, destacada por su perfección técnica según las Crónicas de la época, introduce innovaciones en la arquitectura del Arte Prerrománico Asturiano. Tiene tres naves, una tribuna regia y, originalmente, tres capillas en el sector oriental. La decoración escultórica es de gran relevancia, con celosías caladas finamente labradas, tímpanos con círculos entrelazados y detalles escultóricos en los capiteles, columnas y basas, que representan los símbolos de los Evangelistas.


A 300 metros de la iglesia de Lillo se encuentra el edificio civil de Santa María de Naranco. Este edificio es la obra más representativa del Arte Asturiano y destaca por sus innovaciones constructivas, como bóvedas de cañón, arquerías murales ciegas y contrafuertes. Consta de dos plantas abovedadas: una cripta y una sala superior con miradores. Por primera vez, se integra la decoración escultórica en la estructura del edificio, con columnas con sogueado y capiteles corintios de alta perfección técnica. En la sala superior, se encuentran capiteles troncopiramidales con figuras y una Cruz Griega con Alpha y Omega en los lienzos transversales. El edificio también presenta un repertorio animalístico en 32 clípeos con cuadrúpedos, aves y criaturas míticas, así como placas con representaciones de arcos y figuras. En el mirador oriental, se conserva un altar con inscripción que señala la construcción del edificio por mandato de Ramiro I y su esposa Paterna, con fecha de dedicación el 23 de junio de 848.


Además de estas dos iglesias, se encuentra la Iglesia de San Julián de los Prados, construida a principios del siglo IX y dedicada a los santos mártires Julián y Basilisa. Este templo es un destacado exponente del arte prerrománico asturiano, especialmente conocido por su excepcional decoración pictórica bizantina. También está la iglesia de Santa María de Bendones, erigida entre los siglos IX y X, que representa una notable muestra del arte prerrománico asturiano. Su arquitectura original fue restaurada en 1958 y nuevamente en 2023, después de ser parcialmente destruida durante la Guerra Civil. Por último, la Iglesia de San Tirso el Real en Oviedo, fundada en el siglo IX por Alfonso II el Casto, ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos. Aunque su arquitectura original prerrománica se conserva en el muro testero, el resto del edificio ha sido transformado con elementos románicos y góticos debido a las reformas experimentadas.


Para cerrar, quiero compartir una curiosidad que descubrimos: a los vecinos de Oviedo se les llama "carbayones". ¿Sabéis por qué? El Carbayón era un roble centenario que echaba raíces al comienzo de la calle Uría. Digo "era" porque fue talado en 1879, y lo único que queda de él son los famosos dulces que llevan su nombre, los carbayones. 


Con esta anécdota me despido, y os invito a seguir acompañándonos en nuestras próximas aventuras. ¡No olvidéis dejar vuestros comentarios y compartir este artículo si os ha gustado! ¡Nos vemos la próxima semana! ¡Que tengáis una gran semana!

Adriana

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