Los Juegos Olímpicos y sus MASCOTAS 🐶 Instantes de Tiempo

El mes pasado hablamos de cómo las medallas son elementos emblemáticos de los Juegos Olímpicos, pero las mascotas también ocupan un lugar destacado en el imaginario colectivo. De hecho, la mera presencia de una mascota es suficiente para identificar el evento al que pertenece. Su importancia es tal que incluso diseñadores de renombre, como Disney, han contribuido en su creación.


Las mascotas de los Juegos Olímpicos desempeñan múltiples roles fundamentales. Por un lado, sirven como símbolos de amistad, paz y unidad entre los países participantes, destacando el espíritu olímpico. Además, protagonizan espectáculos en las ceremonias de apertura y clausura, contribuyendo a crear un ambiente festivo y memorable.

Por otro lado, las mascotas tienen una importante función identitaria y de representación. Representan visualmente los Juegos Olímpicos y el país anfitrión, creando una identidad visual distintiva para cada edición y facilitando la promoción del evento a nivel mundial. También son herramientas clave en estrategias de marketing y promoción, generando interés y entusiasmo a través de productos de merchandising y campañas publicitarias. Además, su atractivo universal fomenta la inclusión y participación de personas de todas las edades y culturas, contribuyendo así a promover los valores olímpicos de amistad, excelencia y respeto.


Las mascotas olímpicas se introdujeron por primera vez en los Juegos Olímpicos de Invierno de Grenoble 1968 y en los Juegos de Verano desde Múnich 1972, representando la fauna del país anfitrión y reflejando aspectos culturales significativos. Además de su valor simbólico, las mascotas han desempeñado un papel crucial en la promoción y comercialización de los Juegos Olímpicos, apareciendo en una amplia gama de productos y generando interés global.

El proceso de selección de las mascotas sigue un procedimiento similar en cada edición, comenzando con la convocatoria de propuestas por parte del comité organizador. Posteriormente, un equipo de expertos selecciona las propuestas más destacadas, considerando criterios como la originalidad y la capacidad de conectar con el público. Finalmente, se lleva a cabo una votación popular para elegir la mascota ganadora, que se convierte en un símbolo icónico de los Juegos Olímpicos y se utiliza en una variedad de productos oficiales y eventos promocionales.


En los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, hizo su debut la primera mascota olímpica, Waldi, un perro de raza dachshund que se convirtió en un símbolo muy representativo de Baviera. Creado por la diseñadora gráfica Elena Winschermann, Waldi llevaba los colores de los anillos olímpicos y simbolizaba la resistencia, tenacidad y agilidad de los atletas.

En los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, la mascota Amik hizo su aparición como un castor, un animal autóctono y símbolo de Canadá. Su nombre proviene de la lengua algonquina, hablada por los pueblos nativos del este de Canadá, y representa la paciencia y el trabajo duro. Creado por el diseñador Georges Huel, Amik también está relacionado con Castor y su gemelo Pollux, figuras de la mitología griega asociadas con la hospitalidad y el deporte.
En los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, Misha se convirtió en una de las mascotas más populares de la historia olímpica. Diseñado por el dibujante de libros infantiles Víctor Chizikov, Misha era un oso que capturó el corazón del público, siendo ampliamente comercializado en forma de postales, pines y otros productos. Además, Misha tuvo el honor de viajar al espacio con dos cosmonautas, dejando una marca indeleble en la historia de las mascotas olímpicas.

En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, la mascota Sam se presentó como una águila calva, el símbolo nacional de los Estados Unidos. Fue la primera en incorporar los colores emblemáticos de la bandera del país anfitrión y fue diseñada por Robert Moore y Walt Disney Productions. Aunque inicialmente se había considerado usar un oso emblemático de California, se optó por destacar con una águila para diferenciarse de la mascota de Moscú en el evento anterior.
Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, marcó un hito al ser representado como un perro de raza pastor catalán en un estilo cubista, diseñado por Javier Mariscal. Aunque su diseño geométrico y color amarillo brillante se convirtieron en un éxito entre niños y adultos por igual, recibió críticas por no ser lo suficientemente atlético o deportivo para representar adecuadamente los Juegos Olímpicos. Sin embargo, su recepción positiva llevó a la creación de una serie animada llamada 'La tropa de Cobi', que se transmitió en diversos países y compartió protagonismo con Petra, la mascota de los Juegos Paralímpicos de 1992.

El nombre de Cobi se basa en las siglas del Comité Organizador de las Olimpiadas de Barcelona (COOB), y su diseño, inspirado en un perro de montaña de los Pirineos, fue creado por Mariscal para reinterpretar la figura canina en un contexto cubista. Además de su aparición en una amplia gama de productos olímpicos, Cobi también se destacó en otros aspectos de los Juegos de Barcelona. Mariscal diseñó los personajes de la ceremonia inaugural, representando la pintura y la cultura española, y creó la tipografía utilizada en los diplomas entregados a los atletas destacados.
Izzy fue la primera mascota digital de los Juegos Olímpicos, presentada en Atlanta 1996. Creado por John Ryan y el estudio DESIGNefx, inicialmente se llamaba Whatizit, reflejando su extraña figura, una mezcla de diversas formas. A pesar de ser la primera mascota en protagonizar un videojuego, no logró popularidad debido a su diseño peculiar.

En Atenas 2004, las mascotas fueron representadas por dos niños llamados Athena y Phevos, inspirados en las daidalas, muñecos de terracota de la antigua Grecia. Diseñados por Spiros Gogos y el estudio Paragraph Design, sus nombres derivaban de los dioses Atenea y Febo, simbolizando el placer de jugar y los valores del olimpismo.
Para los Juegos de Beijing 2008, el diseñador Han Meilin creó a Fuwa, un quinteto conformado por Beibei, Jingjing, Huanhuan, Yingying y Nini, representando respectivamente un pez koi azul, un panda, una antorcha roja, un antílope tibetano y una golondrina verde. Estos nombres de dos sílabas repetidas reflejaban apelativos cariñosos en chino y representaban los cinco elementos asociados a cada uno de los colores olímpicos, transmitiendo el mensaje de bienvenida de Pekín a través de la frase "Beijing huanying ni" (Pekín te da la bienvenida).

Los Phryge, las mascotas de los Juegos Olímpicos de París 2024, marcan un hito al ser los primeros personajes en forma de gorro frigio, un símbolo de la revolución a través del deporte. Representan dos pequeños gorros frigios antropomórficos femeninos, emblemáticos de Francia, con un diseño 3D que destaca por llevar los colores de la bandera francesa y el logo central. Este gorro suave, usualmente rojo, era usado por los esclavos liberados en la antigua Frigia, y durante la Revolución Francesa, se convirtió en un emblema de libertad. Para los franceses, el gorro frigio es un símbolo arraigado de libertad, y el hecho de que la mascota de los Juegos Paralímpicos presente una discapacidad visible promueve la inclusión.
Aunque las nuevas mascotas se han promocionado como deportivas, festivas y muy francesas, algunas críticas se han centrado en que la mayoría de las réplicas de juguete son producidas en China. A pesar de ello, los Phryge tienen una misión clara: fomentar y encarnar el espíritu deportivo francés e inclusivo. La Phryge olímpica luce los colores de la bandera tricolor francesa, junto con el logo dorado de París 2024 en su pecho, mientras que el lema tanto de la Phryge olímpica como de la Phryge paralímpica es "Solos vamos más rápido, pero juntos llegamos más lejos".


La presencia de mascotas en los Juegos Olímpicos no solo sirve como un distintivo visual, sino que también desempeña un papel fundamental en la promoción de los valores olímpicos y la unidad entre los países participantes. Desde Waldi en Múnich 1972 hasta los Phryge en París 2024, estas mascotas representan la diversidad cultural y la identidad de cada país anfitrión, contribuyendo así a la celebración de la amistad y el espíritu deportivo a nivel global.

Adriana

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