5 LIBROS CORTOS para volver a LEER en septiembre 📚 Instantes de Tiempo
Septiembre es el mes de los nuevos comienzos. Volvemos a la rutina con las pilas cargadas (o al menos eso intentamos) y muchos nos decimos: “Este año sí que voy a leer más”. Pero seamos sinceros: después de un verano de terrazas y viajes, enfrentarse a un libro enorme puede asustar un poco. ¿Y si no lo termino? ¿Y si se convierte en otro pendiente eterno en la estantería?
La solución está en los libros cortos. Como decimos en catalán, “al pot petit hi ha la bona confitura”: en los frascos pequeños está la buena mermelada. Cinco historias breves, intensas y perfectas para recuperar el ritmo lector. Y, además, cada una nos invita a viajar.
1. Una Navidad escocesa, de Mónica Gutiérrez
Aquí empieza nuestro recorrido, en un castillo nevado en las Highlands. Si sois de los que ya están contando los días para poner el árbol de Navidad, esta historia va a ser vuestro refugio. Librerías pequeñas, tazas de chocolate caliente, luces en las ventanas y, sí, todos los tópicos de una comedia romántica. Una sabe cómo va a terminar desde la primera página, pero eso no impide que se disfrute cada capítulo como si fuera un abrazo. Ideal para reencontrarse con la lectura sin presión.
2. Desayuno con diamantes, de Truman Capote
Cruzamos el Atlántico y aterrizamos en el Manhattan de los años 40. Capote nos pone en la piel de un joven escritor que se deja arrastrar por el torbellino que es Holly Golightly, su vecina. Ella es carisma puro: extravagante, misteriosa, imposible de encasillar. Entre fiestas elegantes y paseos por la Quinta Avenida, este libro te hace sentir como si te asomaras a un apartamento con vistas a la ciudad que nunca duerme. Terminaréis amándola o detestándola, pero indiferente no os vais a quedar.
3. Mal de piedras, de Milena Agus
De Nueva York saltamos al Mediterráneo, a la Cerdeña de la posguerra. Esta historia es breve, pero honda, llena de silencios y sentimientos. La protagonista, marcada por las heridas de la guerra y por un entorno cerrado, busca poco a poco recomponerse. La isla, el mar y las piedras parecen acompañar su viaje. Y cuando lleguéis al final, os aseguro que os dejará tan impactados que tendréis que volver a leeros la novela. Es de esos libros que te obligan a parar y a respirar hondo.
4. El acontecimiento, de Annie Ernaux
Viajamos ahora a la Francia de los sesenta, donde abortar era ilegal. Ernaux cuenta su propia experiencia con una honestidad que corta como un cuchillo. Es un libro que duele, que te obliga a hacer preguntas y que abre conversaciones necesarias. Yo misma, al terminarlo, pregunté a mi madre y a mi abuela cómo habían vivido aquella época en España. Sus respuestas me estremecieron. Las historias tan parecidas con las de Ernaux daban escalofríos. Luego pensé en lo bien que vivimos ahora, pero me puse a investigar todos los tropiezos con los que todavía se encuentran estas mujeres libres de abortar. Una lectura breve, pero que se queda mucho tiempo contigo.
5. Una habitación propia, de Virginia Woolf
Terminamos en Inglaterra, con un ensayo que parece escrito para hoy. Escuchar a Woolf (yo lo hice en audiolibro, y fue como si me hablara al oído) es como asistir a un podcast brillante donde reflexiona sobre la desigualdad entre hombres y mujeres, y cómo la falta de un espacio propio, tanto físico como económico, ha frenado la creatividad femenina. Es lúcido, necesario y tristemente actual. Te hace pensar: ¿hemos cambiado tanto en cien años?
Cinco libros, cinco viajes y menos de 100 páginas cada uno (o casi). Perfectos para sacudir el polvo a tu hábito lector sin miedo ni excusas. Yo ya he hecho mis maletas literarias para este septiembre. ¿Cuál de estos pequeños viajes vais a empezar? ¿O ya tenéis algún otro título corto que os haya enamorado? Contádmelo en comentarios, que entre todos podemos hacer que septiembre sea el mes en que volvamos a leer y a compartir historias.
Adriana
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