GIRONA: Temps de Flors 🌺 Instantes de Tiempo

El domingo pasado decidimos escaparnos a Girona para vivir de primera mano uno de los eventos más bonitos de la primavera catalana: Girona Temps de Flors. El festival arrancó el 10 de mayo y, para evitar tráfico y complicaciones de aparcamiento, optamos por ir en tren. La ciudad está muy bien conectada y había buenas ofertas. También hay autobuses, pero ya os contaré más sobre cómo llegar al final del artículo.

Destaca la escalinata de la Catedral de Santa María


Cada rincón del Barri Vell se transforma durante quince días en un jardín urbano lleno de color y creatividad. Temps de Flors lleva 70 años celebrándose y ha llegado a atraer a más de 400.000 visitantes en algunas ediciones. Nosotros empezamos la visita por Plaça Catalunya, donde está la oficina de turismo. Allí pedimos un mapa (aunque hay revistas informativas por toda la ciudad) y decidimos recorrer la ciudad a pie, dejándonos sorprender por las instalaciones florales que aparecían en calles, escaparates, balcones, patios y monumentos históricos.

Entre los espacios más impresionantes destacan la escalinata de la Catedral de Santa María, cubierta con miles de flores blancas, y los Baños Árabes, que se convierten en un espacio de cuento. También es preciosa la decoración en los Jardins de la Francesa o el colorido del Call Jueu y sus callejones medievales. Este año hay más de 100 instalaciones repartidas por la ciudad. En cada rincón hay una mezcla de arte, botánica y tradición que enamora.

Quiero agradecer al colosal trabajo de los voluntarios


Aunque me habían dicho que el festival podía ser un poco agobiante por la cantidad de gente, lo cierto es que la organización fue excelente. Desde aquí quiero agradecer al colosal trabajo de los voluntarios, que no se amedrentaron ante las amenazas de tormenta. Había accesos señalizados y rutas de entrada y salida para evitar colapsos. Así que pudimos disfrutar con calma y sin estrés. Para recorrer todas las muestras florales, el festival propone cuatro itinerarios oficiales que guían al visitante por las plazas, claustros y jardines decorados.

Uno de mis momentos favoritos fue cuando Albert me convenció de empezar por la iglesia de Sant Feliu. Acertó totalmente: nos topamos con un concurso de castellers, y la plaza estaba llena de emoción al ver la anxeneta arriba de la torre. Como podéis ver, el festival no solo ofrece decoraciones florales, sino también conciertos, actividades infantiles, talleres, rutas guiadas y exposiciones. ¡La agenda cultural es muy completa!

La anxeneta arriba de la torre


Cuando llegó la hora de la comida y el hambre, fuimos al parque de la Devesa a comernos el bocadillo. Nos cayó un buen chaparrón, pero encontramos refugio bajo unas vías del tren, en una zona con puestos muy bonitos. Desde ahí retomamos el paseo y volvimos a Sant Feliu, donde aprendí la leyenda de San Agustí y el porqué de la obsesión de los de Girona con las moscas (os lo cuento en un vídeo en mi Instagram).

También aprovechamos las jornadas de puertas abiertas para descubrir espacios que normalmente están cerrados o requieren entrada. Visitamos los Baños Árabes (aunque Albert me dijo que, en realidad, ni eran baños ni eran árabes), el precioso claustro de la catedral, decorado con arreglos florales que seguían la iconografía de sus capiteles, y el Archivo Municipal, donde encontramos una exposición fascinante sobre mujeres ilustradoras de botánica del siglo XIX. Fue un recorrido lleno de sorpresas y salimos con ganas de seguir explorando más rincones de Girona. Por cierto, ¿os apetecería que hiciera un Top 5 de lugares imprescindibles que ver en la ciudad, incluso si no vais durante Temps de Flors? Si os interesa, dejádmelo en comentarios y lo preparo encantada.

Baños Árabes: en realidad, ni eran baños ni eran árabes


El Museu d'Història de Girona fue otra parada muy especial: su sección de Girona medieval es interactiva, ideal para niños, pero también para adultos, y tiene un patio con sillas donde descansar (¡y baños limpios, que siempre se agradecen!). Justo enfrente está el Museu dels Jueus, aunque en nuestro caso lo encontramos cerrado. Seguimos bajando hasta la Costa de Sant Domènc y el patio de la casa Carlemany y, después, nos encontramos con una sorpresa en el CaixaForum: una exposición sobre arqueología submarina llamada Náufragos y un montaje floral con niebla que imitaba estar bajo el mar.

Finalmente, llegamos al Ayuntamiento, donde nos recibió un dragón enorme, construido con palmeras y magnolios, que dejaba a todo el mundo boquiabierto. Justo allí también había una preciosa recreación de los jardines de Albi, la ciudad francesa con la que Girona está hermanada. Si entráis por el Ayuntamiento, al fondo se encuentra el Teatro Municipal, y la verdad es que me sorprendió lo conectados que están ambos espacios. En el teatro descubrimos una de las instalaciones más originales del festival: una serie de pelucas hechas con flores, colocadas en una escalinata, con un espectacular techo dorado como telón de fondo. Todo brillaba, literalmente, y fue uno de los montajes que más me impactó.

Montaje floral en la Plaça Mercadal


Antes de volver a la estación para regresar a Barcelona, intentamos asistir a un concierto de música a cappella en la Plaça Mercadal, pero no se escuchaba bien por el ruido de las terrazas de alrededor. Aun así, la experiencia completa fue fabulosa. Las instalaciones florales pueden visitarse de 9:30 a 21:00 h en exteriores, y hasta las 23:00 h en interiores entre semana (los sábados incluso hasta medianoche). Eso sí, tened en cuenta que el último domingo por la tarde empiezan a desmontarlas, así que planificad bien vuestra visita.

Si me preguntáis que llevar para una diada perfecta os recomiendo llevar calzado cómodo, agua, cámara y ganas de caminar, creo que el domingo alcancé fácilmente los 17.000 pasos. La ciudad está llena de cuestas y escaleras, también hay recorrido adaptados, pero cada paso vale la pena. Si os preocupa encontrar baños, no hay problema: hay instalaciones repartidas por todo el recorrido y están indicadas en el mapa.

Si lo que os preocupa es como llegar sin coche que sepáis que Girona es ideal para una escapada sin complicaciones. Desde Barcelona se llega en menos de 40 minutos en AVE, y la estación está cerca del centro. También hay trenes desde Figueres y Madrid, autobuses regulares desde Barcelona, e incluso conexiones desde el aeropuerto de Girona o el de Barcelona-El Prat. Si nunca habéis visitado Girona durante Temps de Flors, apuntadlo ya para mayo del año que viene. Es una experiencia única donde arte, historia y naturaleza se funden en una ciudad encantadora.

Adriana

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