Fotografía analógica 📷 Instantes de Tiempo

¿Cuántas veces has mirado una fotografía y te has sentido transportado a un momento mágico de tu pasado? La fotografía es una de las formas más hermosas de capturar esos instantes de tiempo, y quiero compartir con vosotros la magia de viajar a través del objetivo de una cámara, aprovechando el día internacional de la fotografia. Desde Instantes de Tiempo, me apasiona explorar el mundo y descubrir los rincones más fascinantes de nuestro planeta. Pero también sé que viajar no solo se trata de recorrer lugares, sino de coleccionar momentos inolvidables que se convierten en tesoros para toda la vida. Como millenial (y un poco hobbit), he vivido la transición de lo analógico a lo digital, y creo que ambas experiencias tienen su encanto único.


Hace años, sacar una foto (decente claro) era todo un arte y un desafío. La puntería y el enfoque eran fundamentales para obtener una imagen nítida y hermosa. La fotografía digital ha cambiado eso, y aunque ahora es más sencillo tomar una foto, puede que la magia de las fotos de antaño se haya perdido en el camino. Recuerdo cómo mi madre solía comprar postales, y siempre me preguntaba por qué prefería eso en lugar de las fotografías que podíamos tomar nosotros mismos. Después de haber disparado un carrete y que la mitad de las fotos salgan borrosas, poco iluminadas o la composición deje mucho que desear, puedo entender que en las postales la imagen salía mucho más bonita y cuidada.


El recorte en las redes sociales es una herramienta de la que me he valido para mejorar las fotos analógicas que he hecho. Al utilizar un formato 1:1 (cuadrado) y eliminar elementos innecesarios, podemos realzar la composición y la historia que queremos transmitir. Antes, la mayoría de las fotos se tomaban en horizontal, pero el cambio de hábitos y el consumo en dispositivos móviles han hecho que el formato vertical gane popularidad. Adaptarse a esta nueva tendencia también es parte del proceso evolutivo de la fotografía.

Quizás mientras leéis esto os estaréis preguntando que cámara he usado, o aún mejor, de donde la he sacado. Cuando el año pasado me convencieron de experimentar con la fotografia analógica fui a rebuscar en los cajones de mi madre y encontré su cámara de la universidad aún con un carrete puesto. Lamentable no pude rescatarlo pero si que me quedé con su Premier PC 90.

Otra de las dificultades técnicas que me he encontrado ha sido con las veladuras, esas áreas sobreexpuestas o demasiado brillantes que antes solían ser un problema común. No siempre se podía controlar, y me pregunto si entra la luz por algún lado. 


Una de las grandes diferencias entre la fotografía analógica y la digital es la inmediatez. Antes, debíamos esperar pacientemente para ver cómo habían quedado nuestras fotos. En el mejor de los casos gastabas un carrete en una mañana y por la tarde lo llevabas a revelar, pero lo habitual es que el carrete te durará más tiempo. Finalmente, en un par de días, podíamos disfrutar de nuestras fotografías impresas. Ahora, todo es mucho más rápido con los dispositivos móviles, pero puede que esa espera añorada también tuviera su encanto.


¿Recuerdas aquella época en la que debías esperar ansiosamente para ver tus fotos impresas? ¿O las postales cuidadosamente seleccionadas que enviabas desde lugares lejanos? Cada imagen es un testigo silencioso de momentos que, de alguna manera, contribuyeron a convertirnos en quienes somos hoy.

Además, quiero escuchar vuestras historias. Contadme algunos de esos momentos en los que una fotografía cambió vuestra perspectiva u os hizo revivir una aventura pasada. Si deseáis ser parte de esta maravillosa travesía por el tiempo y el espacio, os animo a suscribiros a nuestro blog Instantes de Tiempo.

Adriana

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