Real Monasterio de San Juan de la Peña

Cuenta la leyenda un joven noble llamado Otto iba de caza por estos parajes cuando avisto a un ciervo. El cazador corrió tras la presa, pero esta era huidiza y al llegar al monte Pano, se despeñó por el precipicio y él tras el animal. Milagrosamente su caballo se posó en tierra suavemente. Sano y salvo en el fondo del barranco, vio una pequeña cueva en la que descubrió una ermita dedicada a San Juan Bautista y, en el interior, halló el cadáver de un ermitaño llamado Juan de Atarés. Impresionado por el descubrimiento, fue a Zaragoza, vendió todos sus bienes y junto a su hermano Félix se retiraron a la cueva e iniciaron una vida eremítica. 




Podemos decir que el Real Monasterio de San Juan de la Peña, en verdad, son tres escenarios, repartidos por la carretera A-1603. Todo empieza en el pueblo de Santa Cruz de la Serós, y siguiendo una carretera de esas que cualquier motorista le encantaría disfrutar, encontramos en una curva el monasterio más antiguo de todos. Encontramos la semilla de la que nace el Real Monasterio de San Juan de la Peña, aunque yo recomiendo seguir subiendo la carretera, disfrutando las vistas y llegar hasta el monasterio nuevo, dónde podemos comprar las entradas. Además en el monasterio nuevo se encuentra un buen parking, con merenderos, dónde dejar salir correr a los niños y también una buena cafetería.

Cuando nosotros lo visitamos, en tiempos de Covid, aún se podía utilizar esa cafetería. Compramos las entradas, donde incluye la visita al Monasterio nuevo, la visita guiada al monasterio viejo y las entradas a las iglesias de Santa Cruz de la Serós. La visita guiada se realiza con mascarillas y apenas puedes estar una hora dentro, a nuestro parecer fue tiempo insuficiente para poder abarcar toda la historia que en ella contiene.

Mi parte favorita del monasterio es su claustro con sus maravillosas vistas. 


El monasterio fue construido alrededor del siglo X, parece ser que su origen es un pequeño centro monástico dedicado a San Juan Bautista. Estas montañas se empezaron a habitar después de la conquista musulmana, al construirse cerca de allí el castillo de Pano, alrededor del siglo octavo. Obviamente su localización particular, encastado en una inmensa peña, es lo que le hace tener esa aura mágica. Originalmente fue un monasterio mixto, aunque cuando su demanda popular creció se construyó el “monasterio femenino” por llamarlo de alguna manera en el pueblo de abajo y debajo la piedra solo quedaron los monjes. 

Este monasterio ha jugado un papel muy importante en el origen del reino de Aragón, tanto es así que dentro del monasterio viejo se encuentra el panteón real de los reyes de Aragón. El crecimiento del reino de Aragón desplazó el centro de poder hacia el sur, perdiendo la relevancia política del monasterio. Y empezando así, su deterioro. Tampoco ayudaron los incendios, el más devastador de todos ellos en el siglo XVII, duró 3 días y con él se perdió la habitabilidad necesaria para la vida monacal. Nos contaron que en la actualidad solo se conserva el 25% de lo que fue el Monasterio de San Juan de la Peña. 

A finales del siglo XVII se tomó la decisión de construir un nuevo monasterio.


Pero que eso no os engañe, porque el monasterio mantiene un incalculable valor artístico. En su interior destacan la iglesia prerrománica, junto a las pinturas de San Cosme y San Damián, del siglo XII. Luego está el panteón de nobles, una iglesia superior con la capilla gótica de San Victorian y luego está el Panteón Real, de estilo neoclásico, erigido en el siglo XVIII. Mi parte favorita del monasterio es su claustro con sus maravillosas vistas. En 1889 fue declarado Monumento Nacional, en 1920 es declarado como Sitio Nacional y en 2004 el Gobierno de Aragón lo declara como Bien de Interés Cultural.

A finales del siglo XVII se tomó la decisión de construir un nuevo monasterio, con unas mejores condiciones de vida para los monjes, que es donde os comentaba que sé encontraba el punto de venta de los tickets. Obviamente hoy en día y ya no vive ningún monje allí. 

De vuelta a Jaca nos paramos a visitar el pueblo de Santa Cruz de la Serós.


El Monasterio de San Juan de la Peña era parada obligatoria del Camino de Santiago, concretamente el Camino Francés a su paso por Aragón, y aunque hoy es un desvío que muchos peregrinos deciden visitar. Entre muchas de las leyendas que contiene sus muros, llama la atención la del Santo Grial, se comenta que los monjes del monasterio lo protegieron durante siglos después de que llegará a manos de San Lorenzo. 

De vuelta a Jaca nos paramos a visitar el pueblo de Santa Cruz de la Serós. Donde aún se pueden visitar las iglesias de San Caprasio y Santa María, ambas también del periodo románico. Podéis consultar los precios y horarios en su web.


Cómo curiosidad antes de despedirme, os diré que he leído que en todo el mundo solo hay un monasterio que se parezca al de San Juan de la Peña y se encuentra en Etiopía con un enclave muy similar. Os invito a visitarlo en cuanto sea posible y dejarme en comentarios si a vosotros también os ha gustado tanto como a mí. ¡Espero que tengáis una feliz semana!

Adriana

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