PARLAMENTO de Hungría en BUDAPEST 🛕 Instantes de Tiempo

Hoy nos trasladamos al siglo XIX, imaginaros esta época, como una época de cambios en Hungría, ¡una especie de "makeover" histórico! A partir de 1825, el parlamento húngaro volvió a reunirse regularmente, pero claro, no todos estaban felices con eso. Francisco I de Austria y su amigo Klemens von Metternich no eran fanáticos de las reformas. ¡Luego llegó la Revolución de 1848, una especie de fiesta por la independencia, aunque al final no consiguieron la anhelada libertad! Después de mucha charla, en 1867, acordaron una especie de "compromiso" llamado Compromiso Austrohúngaro


En 1884, se levantó el telón del extravagante ballet de ladrillos, piedras y oro, con la construcción del Parlamento Húngaro. Protagonizando un drama arquitectónico que se extendería por 17 años del bullicioso siglo XIX. El maestro de ceremonias, el arquitecto Steindl Imre, dirigió la sinfonía neogótica, desafiando las expectativas al posicionar el edificio perpendicular al Danubio, un toque rebelde en un concurso que exigía que la fachada principal coqueteara con el río.

El resultado: un gigante neogótico, de 268 m de largo, 123 m de ancho y 96 m de alto. Ya sabéis que para los húngaros el número 96, es un número sagrado. Este coloso de 40 millones de ladrillos, medio millón de piedras decorativas y 40 kg de oro se alza majestuosamente a orillas del Danubio. El reto era usar solo materiales húngaros, salvo por ocho columnas de mármol sueco, los húngaros demostraron la magnificiencia de su país en esta obra. 


Pero no es solo una cara bonita; debajo de su piel de arquitectura gótica late un corazón vanguardista con modernos sistemas de climatización, convirtiéndose en uno de los primeros edificios de Europa con calefacción. ¡Brindemos por la maravilla húngara que desafió las reglas para convertirse en el edificio más grande del país y el segundo parlamento más grande del mundo!

Pero, ¿realmente qué podéis disfrutar en vuestra visita al Parlamento de Hungría? El espectáculo comienza en lo que se llama la escalera de la ciudad, una escalera de 28 peldaños que une la puerta principal con lo que se conoce como el salón de la ciudad. Está ricamente decorada con elementos dorados y una alfombra roja que conduce hasta el salón de la cúpula. Para los cinéfilos, seguramente les suene esta escalera de la película del Gorrión Rojo. En el salón de la cúpula se guarda la Sagrada Corona Húngara y las insignias de coronación. Es la única sala en la que no podréis hacer fotos, y tuvimos el privilegio de presenciar el cambio de la Guardia Nacional. Otra cosa que me sorprendió mucho en esta sala es que allí se encuentran las estatuas de todos los reyes de Hungría, y nos hicieron una rápida explicación de la historia del país a través de sus monarcas.


Después de visitar la Sagrada Corona, salimos por un lateral y entramos en el salón Forendi. Este salón representa las distintas profesiones de Hungría en ese momento, y todas esas culturas se fabricaron en Pécs con un material muy innovador para la época, que era el pirogranito. Finalmente, llegamos a la sala donde se reúne el parlamento.

Como sabéis, el parlamento de Hungría es bicameral, lo que significa que tienen dos cámaras: una de ellas sigue funcionando para el buen gobierno del país, y la otra está dispuesta tanto para las visitas de los turistas como para actos especiales o conferencias. Llama la atención el rico artesonado de roble que se extrajo de Eslovenia, aunque hay que tener en cuenta que en ese momento era parte de los territorios de Hungría. Esta sala curiosamente tiene una acústica muy especial y está rodeada por dos galerías a distintos niveles para que todo el mundo pueda estar atento al ponente. Finalmente, en la pared, detrás de la presidencia de la cámara, se encuentran los escudos de armas de las familias gobernantes de Hungría, y el resto de la sala está decorada con murales que resaltan el papel histórico de la nobleza.


La visita termina en el salón Ney Bela, que contrasta muchísimo con todo lo visitado hasta el momento, porque es más que nada una sala de exposición. Allí podéis ver fotos de la construcción, conocer lo que sucedió con el parlamento durante la invasión soviética y tocar de primera mano los distintos materiales de construcción. Aunque esta sala es bastante distinta al resto de la visita, me gustó mucho para poder apreciar la magnitud del proyecto.

La primera sesión del parlamento se celebró en 1886, con el edificio aún en construcción, para celebrar el milenio de Hungría. Hoy en día, el Parlamento Húngaro es un tesoro lleno de sorpresas. La cámara baja es el escenario de reuniones parlamentarias, esta sala alberga la actual Asamblea Nacional Húngara, mientras que la cámara alta es un espacio abierto a turistas y eventos. Cada una de las salas tiene una alfombra de color distinto: la cámara baja es roja y la cámara alta es azul. Porque los miembros de la cámara alta eran tradicionalmente nombres, quienes se decía que tenían sangre azul. El edificio fue restaurado 2014, este icónico edificio brilla con iluminación decorativa que se renovó entre 2012 y 2014.

En temas más prácticos, cuando preparéis vuestro viaje a Budapest, recordad que la web oficial para comprar las entradas al parlamento es Jegy Mester, recomiendo comprarlas allí para evitar problemas con web fraudulenta. Cada día a las diez tenéis la visita con audioguía en español. Ahora abren de 8 h a 16 h, pero en temporada alta abren hasta las 18 h, aunque consultad el calendario de vacaciones. La entrada general cuesta alrededor de 10 € y como ya os he comentado, está permitido el uso de cámaras, excepto en la sala de la Santa Corona. 


En fin, os invito a explorar el impresionante Parlamento Húngaro, un hito neogótico del siglo XIX que desafió convenciones arquitectónicas. Desde la majestuosa escalera de la ciudad hasta el salón Forendi, cada rincón narra la historia húngara, con la Sagrada Corona y estatuas de los monarcas¿Has visitado alguna vez el Parlamento Húngaro? ¿Qué impresiones te dejó? Sumérgete en este tesoro histórico, comparte y suscríbete para más historias fascinantes. ¡Descubre la magia del Parlamento Húngaro!

Adriana


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