Nos estafaron en PRAGA đź’¸ Instantes de Tiempo

Uno de los recuerdos más amargos que me llevé de Praga fue cuando nos estafaron en el Grand Café Orient. Era nuestro primer día en la ciudad y llegamos con la inocencia de poder pagar con tarjeta, como habíamos hecho en Budapest o Viena. Sin embargo, al intentar abonar la cuenta, nos informaron que no aceptaban pagos con tarjeta. Al no llevar moneda local checa, nos ofrecieron la opción de pagar con euros, o sea que al final pagamos de más. Para evitar que os ocurra lo mismo en vuestro próximo viaje a la República Checa, aquí comparto algunos consejos que comenzamos a practicar desde ese momento.

La noche anterior, en una taberna cercana al hotel, pagamos con tarjeta sin problemas, por lo que la sorpresa en esa cafeterĂ­a nos desconcertĂł. A partir de ese momento, nos dimos cuenta de que muchos locales en el casco antiguo y cerca del Castillo, lugares muy turĂ­sticos, no aceptaban pagos con tarjetas, algo que no experimentamos en zonas menos turĂ­sticas.

Nuestra segunda precaución fue cambiar algo de euros por moneda local y buscamos las mejores opciones en blogs de viajes. Como optamos por una casa de cambio en la Avenida Wenceslao, situada en pleno centro turístico, cambiamos una cantidad mínima, siguiendo la recomendación de evitar los centros turísticos o los aeropuertos. También nos advirtieron que no cambiásemos dinero en la calle, aunque tampoco tuvimos encuentros de ese tipo.

Toda contenta antes de la catástrofe

Después del incidente, nos volvimos más cautelosas. Por ejemplo, al ofrecernos actividades desde el mismo hotel, consultamos precios por Internet y verificamos que lo que nos proponían realmente existía y estaba al mismo precio. Al día siguiente, compramos las entradas del Teatro Negro a través de la recepción del hotel, y resultó ser una experiencia fabulosa.

A pesar de este mal comienzo, continuamos explorando la ciudad sin privarnos de experiencias. Al visitar el Castillo, no tuvimos problemas al pagar con tarjeta. Sin embargo, cuando ya estabamos algo cansadas, al buscar cafeterías dentro del Castillo, vimos las malas reseñas en Google, así que optamos por una taberna cercana que pronto compartiré en otro artículo sobre mis tabernas favoritas de la ciudad. Aunque no aceptaban tarjetas, lo ponía en un cartel bien grande en la entrada, ya habíamos cambiado algo de dinero y no hubo inconvenientes.

Staroměstské náměstí

Otro aspecto sin complicaciones fue el transporte pĂşblico, bien organizado y de precio razonable. Pudimos pagarlo todo con tarjeta a travĂ©s de la aplicaciĂłn mĂłvil, fue un placer usar los tranvĂ­as de Praga en comparaciĂłn con el transporte pĂşblico de Barcelona. Y la Ăşltima opciĂłn que se me ocurre para que no os estafen en Praga es hacer cosas gratuitas. Al final en esa ciudad hay muchas cosas que hacer como pasear por el centro, pero si querĂ©is más adelante puedo hacer otro artĂ­culo explicando las mejores cosas gratis que hacer en esta ciudad.

Al final, para evitar estafas en Praga, os recomiendo pagar con tarjeta siempre que sea posible, cambiar un poco de moneda en lugares adecuados, verificar actividades ofrecidas por el hotel, explorar más allá de las zonas turĂ­sticas, y estar atentos a las polĂ­ticas de pago de los establecimientos. Además, aprovechad las opciones gratuitas que la ciudad ofrece.  ¿Has experimentado alguna estafa en tus viajes? ¿QuĂ© consejos tienes para evitarlas? ¡Que vuestro prĂłximo viaje a Praga estĂ© lleno de momentos inolvidables y libres de contratiempos financieros!

Adriana

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