El Palau Moja: arquitectura, historia y cultura en el Barcelona 🏛️ Instantes de Tiempo

Si alguna vez has paseado por las Ramblas de Barcelona, te habrás fijado en que hay edificios muy grandes y bonitos. Uno de ellos es el Palau Moja, construido por la familia Moja, una importante familia noble de la época, que lo utilizó como residencia. El Palau Moja se encuentra en la calle Portaferrissa número 1, en el barrio Gótico de la ciudad de Barcelona. Es un edificio histórico construido en el siglo XV y actualmente alberga el Centro de Información de Cataluña, donde se puede obtener información turística y cultural sobre Cataluña.


Este palacio es único porque fue construido encima de las antiguas murallas de la calle Portaferrissa. Otra curiosidad de su construcción es que coincidió con la boda de la hija de la familia, realizando una gran inauguración. Esto nos muestra la importancia de Josep de Copons, el Marqués de Moja, quien era el mariscal de campo del rey Felipe V durante la guerra de sucesión. Así podemos entender la relevancia de este palacio en la historia de Barcelona.

Toda esta historia se refleja en la decoración de la fachada del edificio. En la entrada principal se encuentra un león, símbolo de nobleza, poder y riqueza. El estilo arquitectónico del palacio es neoclásico, de origen francés. Mucha gente se pregunta por qué la puerta principal no está en la Rambla, sino en la calle Portaferrissa. Si pudiéramos viajar en el tiempo, veríamos que en aquel entonces la Rambla era una riera por donde fluía el agua sucia de la ciudad, y en ocasiones se inundaba. Por lo tanto, la entrada por Portaferrissa era más práctica y elegante.


Sin embargo, no todo fue maravilloso para la familia Moja. En 1865, la ultima marquesa de Moja falleció sin descendencia. En ese momento, el palacio fue alquilado al Fomento Nacional del Trabajo, que llevó a cabo una campaña a favor del proteccionismo en el año 1869. En 1875, Antonio López y López, el primer marqués de Comillas, adquirió el palacio. Seguramente te preguntarás cómo un cántabro de origen humilde pudo comprar un palacio de estas características en el centro de Barcelona. El primer marqués de Comillas alcanzó su posición en la historia gracias a su negocio con los esclavos, igual que el señor Güell que os conté a principios de este año y cuyo palacio estaba ubicado unas calles más abajo. También alojaron a Joan Bosco durante su estancia en Barcelona, y Mosén Jacinto Verdaguer vivió algunos años en el palacio. Incluso hospedaron a Alfonso XII cuando regresó a España durante la restauración.


Podríamos decir que esa fue la época dorada del Palau Moja. Sin embargo, en el siglo XX el palacio volvió a caer en decadencia. En los años 1930, se destruyó el jardín adyacente para construir almacenes, y en los años 1970, gran parte del palacio fue dañado por un incendio y quedó abandonado. Finalmente, en los años 1980, fue restaurado y se convirtió en la sede de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Departamento de Cultura de Cataluña. Actualmente, algunas de sus salas se pueden visitar y aún conservan ese ambiente palaciego. Destacan el gran salón y la capilla. Dado que la mayor parte del edificio alberga oficinas gubernamentales, solo se puede visitar durante exposiciones o previa cita.


Hoy en día, el Palau Moja es un importante punto de referencia en la ciudad de Barcelona, que combina la rica historia y la belleza arquitectónica del edificio con la modernidad y la tecnología del centro de información que alberga en su interior.

Adriana

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