GAUDÍ y la magia del PARK GÜELL 🦎 Instantes de Tiempo

¡Bienvenidos a un paraíso arquitectónico donde las formas se retuercen y las líneas se curvan en una danza ingeniosa! El Parque Güell, diseñado por el genio creativo Antoni Gaudí, fue construido entre 1900 y 1914. Fue concebido como una urbanización de viviendas de alto standing y contiene elementos simbólicos relacionados con la política y la religión. Es una obra maestra del modernismo en la arquitectura. La semana pasada os conté la historia del art nouveau y ahora veremos uno de sus mejores ejemplos. Está catalogado como un monumento de interés cultural y forma parte del Patrimonio de la Humanidad junto con otras obras de Gaudí.

El Parque Güell se encuentra en la cima de una colina en el distrito de Gracia de Barcelona y cuenta con un diseño único e innovador que combina la naturaleza con la arquitectura modernista. El parque debe su nombre a Eusebi Güell, miembro de una influyente familia burguesa de la época y mecenas de Antoni Gaudí y un asiduo en el blog. Eusebi Güell era un hombre polifacético y culto, destacándose como escritor, pintor, lingüista, químico y biólogo. Además de ser propietario de empresas como El Vapor Vell y la Cementera Asland, tenía intereses en otras compañías como Tabacos de Filipinas, el Banco Hispano Colonial y la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. También fue un militante catalanista y ejerció como diputado en las Cortes en 1878. En reconocimiento a sus contribuciones, el rey Alfonso XIII lo nombró conde en 1910.

El Parque Güell fue creado a partir de la unión de dos fincas: Can Muntaner de Dalt y Can Coll i Pujol. Estas propiedades fueron adquiridas por Güell entre 1899 y 1902. El parque se encuentra en la ladera sureste de la llamada "montaña Pelada" (hoy conocida como monte Carmel), que forma parte de las estribaciones de la sierra de Collserola. Esta ubicación estratégica protegía al parque de los vientos del norte y le proporcionaba una abundante luz solar. Anteriormente, estas tierras pertenecieron al marqués de Marianao, quien promovió el parque de Samà en Cambrils, y se cree que el parque de Samà pudo haber influenciado al arquitecto en su diseño para el Parque Güell.

Los pabellones de entrada en el Parque Güell

El conde Güell y Gaudí tenían en mente un proyecto que emulaba a las ciudades-jardín inglesas. La intención era crear una urbanización de alta categoría, con aproximadamente 60 viviendas dispersas en un extenso jardín, ofreciendo una vista panorámica de toda Barcelona. Sin embargo, el proyecto no tuvo éxito comercial debido a su ubicación alejada y por eso fue vendido al Ayuntamiento de Barcelona, que lo convirtió en un parque público en 1926.

Antoni Gaudí diseñó el parque con la intención de integrar sus obras en la naturaleza, utilizando formas onduladas en lugar de ángulos rectos. El parque cuenta con una variedad de especies vegetales autóctonas del Mediterráneo, como pinos, algarrobos, encinas, robles, entre otros. Gaudí aprovechó el desnivel del terreno para crear un camino de elevación espiritual, aunque la capilla planeada en la cima no se construyó. El parque se divide en una zona monumental diseñada por Gaudí y una zona forestal en la vertiente norte del monte Carmel. En esta zona se encuentra la fuente de San Salvador de Horta, rodeada de árboles como plátanos, robles, fresnos y madroños.

Lo más destacado de la escalinata es el dragón

La entrada al Parque Güell presenta una estructura alegórica llena de simbolismo. Representa tanto el avance de la industria y el desarrollo de la burguesía como la cultura clásica grecorromana y la religión católica. El parque cuenta con ocho accesos adicionales y dos pabellones a cada lado de la reja de entrada. También hay un muro parcialmente construido con piedra rústica y cerámica, decorado con medallones con las inscripciones "Park" y "Güell". 

Los pabellones de entrada en el Parque Güell son de estilo gaudiniano y presentan una estructura orgánica inspirada en la naturaleza. Los pabellones fueron prefabricados y luego instalados en su lugar correspondiente, mostrando la visión innovadora de Gaudí en técnicas de construcción. En la actualidad, este edificio alberga el Centro de Interpretación del Park Güell y el otro se utiliza como librería y tienda de souvenirs.  

La Sala Hipóstila

La escalinata es uno de los puntos más fotografiados. En el centro de la escalinata, descubrirás tres fuentes con conjuntos escultóricos que representan los Países Catalanes. Cada fuente tiene su propio estilo y significado simbólico, desde una composición naturalista con un medallón con el escudo de Cataluña y una serpiente asociada a la medicina. Pero lo más destacado de la escalinata es la presencia de un impresionante dragón o salamandra de ladrillo revestido de trencadís de colores. Esta figura se ha convertido en el emblema del Parque Güell y en uno de los símbolos más reconocibles de Barcelona. 

Situada sobre la escalinata, la Sala Hipóstila, también conocida como la Sala de las cien columnas o Templo Dórico, es una joya arquitectónica que no puedes dejar de admirar en tu visita al Parque Güell. Esta sala fue concebida originalmente como un mercado para la urbanización. El techo de la sala está compuesto por bóvedas semiesféricas convexas, revestidas con trencadís blanco, creando una visión deslumbrante. Pero lo más destacado son los detalles artísticos: cuatro grandes plafones circulares en el techo representan las estaciones del año con dibujos de soles multicolores, mientras que 14 plafones más pequeños en el centro de las bóvedas representan el ciclo lunar con remolinos, hélices y espirales. Estos plafones fueron diseñados por Jujol, un talentoso colaborador de Gaudí conocido por su creatividad y fantasía. 

La Plaza de la Naturaleza

En el corazón del Parque Güell se encuentra la Plaza de la Naturaleza, un espacio central de forma ovalada, esta plaza fue originalmente concebida como un teatro griego destinado a reuniones comunitarias y eventos culturales y religiosos. La plaza cuenta con una cornisa exterior adornada con gárgolas, que funcionan como desagües para la lluvia, añadiendo un toque artístico y funcional al diseño. En el borde exterior de la plaza, que sirve como balcón hacia la escalinata y la entrada del parque, se encuentra un banco ondulante de 110 metros de longitud. El banco ondulante presenta un diseño ergonómico adaptado al cuerpo humano, con módulos cóncavos y convexos. La Plaza de la Naturaleza no tiene pavimento, ya que el agua de lluvia se drena y se canaliza a través de las columnas que la sustentan hacia un depósito subterráneo de 1200 metros cúbicos. Esta agua se utiliza posteriormente para regar el parque. Si el depósito alcanza su límite, el agua sobrante es expulsada por el famoso dragón que da la bienvenida al parque.

Dentro del Parque Güell, Gaudí diseñó una serie de viaductos para permitir el tránsito por el parque, con caminos porticados debajo para los peatones. Estos caminos permiten salvar el desnivel de la montaña, conectando de manera eficiente los niveles inferior y superior. Gaudí se esforzó por integrar estos viaductos de manera natural en el entorno, adaptándolos a la topografía y añadiendo muros de contención cuando era necesario.



En el parque, también se encuentra el "pórtico de la Lavandera", un área con forma de claustro románico entre la plaza del teatro griego y la casa Larrard. Este pórtico está sostenido por columnas dobles, con columnas exteriores en forma de palmera y columnas interiores inclinadas. La combinación de estas columnas inclinadas con el muro curvado crea un efecto ondulante. Una rampa en forma de espiral con columnas helicoidales también forma parte de este pórtico.

En la parte alta del Parque Güell, Gaudí tenía planeado construir una capilla, pero debido al fracaso de la urbanización, el proyecto no se llevó a cabo. En su lugar, diseñó una monumental cruz de diez metros. En el lugar donde se habría ubicado la capilla, Gaudí construyó un monumento conocido como el Calvario. 

La Casa-Museo Gaudí

Por último está la Casa-Museo Gaudí. Esta encantadora residencia fue el hogar del genio arquitectónico Antoni Gaudí desde 1906 hasta su fallecimiento en 1926. Diseñada por su colaborador Francesc Berenguer, la casa cuenta con una impresionante torre y un hermoso jardín. Hoy en día, se ha convertido en un museo que exhibe muebles, objetos personales y obras de arte relacionadas con Gaudí. Es un destino imperdible para los amantes de la arquitectura y los admiradores de este destacado maestro catalán.

El Parque Güell en Barcelona es verdaderamente un lugar único en el mundo. A través de sus estructuras impresionantes, su rica historia y su entorno natural encantador, este parque ofrece una experiencia inolvidable para todos los visitantes. Desde explorar los mosaicos coloridos hasta contemplar las impresionantes vistas de la ciudad, te sumerge en un mundo de fantasía y creatividad. No importa si eres un amante del arte, un aventurero empedernido o simplemente buscas un lugar hermoso para pasear, este parque tiene algo para todos. ¡No pierdas la oportunidad de visitar este tesoro cultural y arquitectónico en tu próximo viaje a Barcelona!

Adriana

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